El Magnus OpusSamael Aun Weor, 1958

COMENTARIOS ACERCA DE LA EDICIÓN:

Al no contar con el original impreso en el momento de la revisión, no hay constancia de la edición de que se trata y en caso de dar con un original impreso genuino, necesariamente el texto sería cotejado sobre esa edición. Sin embargo, exceptuando la ausencia de prólogo, tampoco hay nada que nos haya hecho echar de menos el original ni que sea causa de duda o que haga presumir defectos o carencias en esta edición desconocida, por lo demás similar a cualesquiera otra. En estas circunstancias es inútil enumerar la lista de erratas encontradas y defectos subsanados puesto que tal cosa sólo tiene sentido a la vista del original.

COMENTARIOS ACERCA DE LA ENSEÑANZA CONTENIDA EN ESTE LIBRO:

La gnosis, tal y como ha sido desde que Jesús el cristo la enseñara, y tal cual es desde que que Samael Aun Weor la reivindicara, re-enseñara y popularizara, es un sistema eminentemente práctico, donde lo esencial de las mejores escuelas de regeneración se muestra en forma muy sintetizada y concreta.

Jesús viajó por todo el mundo aprendiendo técnicas que luego explicó en forma sintetizada al círculo esotérico de sus discípulo. Samael acudió a muchos maestros a que le dieran técnicas útiles que luego explica en sus libros con el lenguaje propio de él, pero evidentemente adaptando su mensaje a las circunstancias de esta época. Hay en los dos una preocupación constante por discernir, de todas las fuentes donde se halla, la enseñanza útil al fin de la autorrealización y por ponerla al alcance del discípulo, un afán por allanarnos el camino.

Contrasta esto precisamente con lo que hacen toda suerte de seguidores y segundones en todos los cultos del mundo: Elevar a incuestionable lo que según creen es enseñanza de sus maestros aunque no la lleguen a comprobar jamás.

Ciertamente, en todo tiempo la enseñanza fue para los pocos, para los marcados con cierta inclinación pentagramática que se prueba a fuego. Es imposible que esos pocos se noten como para que conmuevan el dulce sueño de las masas por mucho tiempo.

A esos pocos se opone una pléyade de fuegos fátuos que pretende juzgar la gnosis con el miope ojo del vano intelectualismo.

Los débiles huyen atemorizados por la baba difamatoria de los pedantes y por hacer caso de la erudición de los ciegos a los que los ignorantes juzgan sabios.

Esta es una tierra de paella. Aquí matamos de un golpe en la nuca a un conejo y luego de despellejarlo de un tirón, su cadaver despedazado y destripado se trocea y se fríe mientras aún desangra. Luego de estar bien torrada la carne se añade tomate.

Curiosamente mientras el conejo se fríe el fondo de la paella se vuelve pringoso, pero luego se añade tomate triturado. Este fríe hasta limpiar por completo el sostre grasiento de la carne, finalmente y luego de otros preparativos la paella es servida a la mesa y los comensales adquieren la energía vital del conejo y del cereal. La vida del inmolado animal y del sacrificado germen vegetal renueva en los alimentados comensales. El fuego de finos sarmientos de viña o del paellero a gas hace la transformación del cadaver en una alimento grato a los sentidos y desprovisto de ciertas características nocivas en la carne casi desprovista de vísceras (en la naturaleza, los carnívoros comen preferiblemente la víscera, pero dejan el músculo o carne, este sirve de alimento a los carroñeros una vez pudre, pero no es devorada por el carnívoro salvo que escasee la caza y apriete el hambre, pero esa misma carne sí es provechosa una vez pudre, luego de que actúa cierto fuego presente en la fermentación).

Igual que esto es el fin último del que comprende y aplica la enseñanza: un alma muerta (que ha eliminado el ego) y cocinada por el fuego (que ha creado los cuerpos) a costa de gran sacrificio, es entregada como alimento al espíritu, y este se renueva con ella.

Nada de provecho queda en esta secuencia de hechos para eso que se llama yo, ego, mí mismo.

Tampoco parece que quede nada tangible para la propia alma, quizá tan solo verse libre de la dura pena de vivir.

Sin embargo si existe algo, una recompensa justa al sufrimiento de la rueda del samsara (la rueda del dolor o cadena de naciemientos y muertes). A toda alma le aguarda como fin ultérrimo la felicidad, sólo que la felicidad sin conciencia no es felicidad, es sólo un estado habitual de las cosas del que no se tiene una noción de su valor.

Hoy hay muchos de esos visitando esta página. Obviamente trabajan en serio sobre sí mismos, y a pesar de todo . A esos este libro del Magnus Opus les vendrá muy bien.

A veces la enseñanza tiene que romper esa tendencia al dogma

En ocasiones es útil rememorar algo sobre ciertos puntos aludidos por Samael Aun Weor, siquiera por poner las cuestiones en su contexto, y para el caso de este libro, necesitamos recordar algo sobre el maestro Nicolás Flamel para poder entender este libro titulado: “el Magnus Opus”.

Una primera parte del libro expone escuetamente los 22 arcanos mayores del tarot.

La explicación es de por sí notable, puesto que en pocas palabras lo dice todo.

La segunda parte versa sobre una obra del alquimista francés del siglo XVI, Nicolás Flamel, quien tiene justa fama de haber logrado la piedra filosofal nació cerca de Pontoise, Francia, en 1330, y fue dado por muerto en París, el 22 de marzo de 1418, aunque con el tiempo y por la incertidumbre de si verdaderamente murió o no, su tumba fue abierta y ni sus restos ni los de su esposa fueron hallados. Imagino que, como muchos resucitados, escenificó su propia muerte y la de su mujer, Perenelle, ya que con posterioridad a su entierro se ha documentado su paso por lugares como la India y oriente próximo por Paul Lucas (1664-1737).

Este libro del Magnus Opus alude a ciertos grabados pertenecientes al libro de las figuras jeroglíficas escrito por el propio Flamel en 1399. Tales grabados son reproducciones del Flamel de otra obra (el Aesch Mezareph del Rabí Abraham), cuyo autor es aludido en el libro como “Abraham el judío”.

Francisco Caparrós Pujalte, autor de gnosis2002

1 de septiembre de 2013

FIN DE LA REVISIÓN

Página principal