ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN DE ESTA PÁGINA: 27 DE JULIO DE 2017

De cómo y por qué la gnosis eterna es exactamente la que enseñó Samael Aun Weor

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En la vida no se consigue nada si uno no esta dispuesto a sacrificarse. Y si uno lo está ¿de que sirve tal sacrificio una vez uno deja de vivir? Esta pregunta es la que contesta el estudio ordenado y paciente de todo el cuerpo de doctrina gnóstico.

Si yo quiero obviar ese estudio y plantear en pocas palabras qué es esto de la gnosis igual mis 30 años de estudio y mi mejor o peor trabajo hecho me permiten expresarlo en palabras, pero dudo que el que se tome la molestia de leer entienda una mierda, aunque a un nivel intelectual le quedará la impresión de que sí. Guardate amigo lector de esa infinita satisfacción que uno tiene de sí mismo cuando lee lo que cree sandeces de otro, y te harás un favor enorme. Y ahora comencemos con estas palabras del maestro Samael escritas en el capítulo 28 de «EL CRISTO SOCIAL»:

"Uno puede ser muy erudito y sin embargo puede ser incapaz de cambiar algo, cambiar requiere diferente conocimiento y también algo que uno no posee.

Cuando uno sea diferente, todo será diferente, cuando uno cambie internamente todo cambiará.

Esto de cambiar internamente requiere comprensión, es urgente estudiar profundamente las causas de dolor y una vez descubiertas esas causas, comprenderlas en todos los niveles de la mente, sólo así lograremos el cambio radical.

Si yo soy cruel, el mundo será cruel, si yo soy codicioso el mundo será codicioso, porque el individuo es el mundo. Si queremos que el mundo cambie, debe cambiar primero el individuo. Cambiando radicalmente el individuo, es lógico que cambie el mundo, porque este último es la extensión del individuo.

Quien quiera cambiar necesita sacrificar algo, son muchísimos los sacrificios que se necesitan para cambiar radicalmente. Todos tienen algo que sacrificar, excepto los definitivamente perdidos, estos ni siquiera pueden ser ya ayudados.

Para cambiar es necesario saber, para saber hay que aprender y para aprender hay que hacer grandes sacrificios.

Realmente el individuo sólo aprecia aquello que le ha costado sacrificio, el cambio radical sin sacrificios resulta absurdo, todo cambio radical requiere sacrificio. Esa es la ley: todo cuesta, nada se nos da regalado, cada cual sólo puede lograr el tanto que ha dado por ello.

No existe otro camino para lograr el cambio radical, el Sacrificio Consciente es el único camino.

¿Es acaso poco sacrificar la lujuria? ¿El orgullo? ¿La pereza? ¿La gula? ¿La envidia? ¿La ira? ¿La codicia? etc.

Sólo por el camino del sacrificio logramos el cambio radical, la historia se repite y el ego siempre retorna para repetir sus mismos errores, y su misma historia, todo se repite con la exactitud de un buen reloj y sólo es posible cambiar este orden de cosas creando nuevas causas.

Si realmente queremos nuevas causas necesitamos urgentemente supremos sacrificios. Sólo así logramos el cambio radical, sólo así podemos cambiar este orden de cosas para salir del círculo vicioso en que fatalmente estamos metidos.

La ley del retorno y recurrencia es el gran secreto. Quien llega a conocer este secreto abre en su conciencia ciertas puertas íntimas.

Con el cambio interno podemos utilizar este conocimiento para nuestros propios fines. Realmente este secreto sólo puede ser útil para aquellos que se resuelvan a cambiar radicalmente, desgraciado el hombre que se conforma con el estado conscientivo en que vive.

Cambiar es lo mejor; Empero todo cambio radical absoluto cuesta muy caro. El cambio radical se paga con la propia vida. Debe morir el querido ego, el yo, el mi mismo, a fin de que nazca el SER en nosotros".

Bien, hasta aquí el maestro, y ahora resumiendo mucho pues sé que el paciente lector no tiene demasiado tiempo:

Esta cuestión del sacrificio hay que tenerla presente. Sacrificio = sacro oficio = oficio sagrado.

El oficio sagrado de los dioses santos consiste en enseñarnos a los humanos la ciencia para convertirnos en dioses. Esa ciencia es el arcano AZF que es la magia sexual o ciencia de la transmutación sexual.

El absoluto mismo tiene la necesidad de transmutar porque él es la única luz en un espacio totalmente oscuro. Si su luz se proyectara sobre la oscuridad y algo no la reflejara de modo que vuelva a él aumentada e intensificada el propio absoluto se disolvería y perdería la dicha suprema de ser. Pero como el ser no puede dejar de ser radicalmente, el absoluto sería entonces el demonio absoluto y tarde o temprano, aburrido de no ser se resolvería a levantarse de nuevo y volvería a ser absolutamente perfecto.

Él está acostumbrado al sacrificio y él tiene algo llamado "EL VÉRTIGO DEL ABSOLUTO" que le permite permanecer incólume y sólo en medio de la adversidad total, impertérrito, dichoso, absoluto como su propio nombre indica.

Dicen los magos antiguos que él ama el vacío y que una gigantesca serpiente lo envuelve preservándolo para siempre. Esa serpiente es la madre espacio...

¿demasiado abstracto? No lo es en absoluto. Estoy hablando o mejor dicho escribiendo claro como el cristal, aunque es verdad que el mucho aclarar oscurece...

Afortunadamente nosotros no tenemos ese fundamental y grave problema que el absoluto tiene, la parte que nos toca en este gran misterio que es la vida es mucho más simple.

Los seres, los inefables, viven dichosos en el seno del eterno padre cósmico común, cuando esto es así sin mas llamamos al tiempo noche cósmica, y la creación no existe. Los dioses son, pero no existen. Y eso es maravilloso.

Desgraciadamente un día el absoluto ha de exhalar su gran aliento, ha de respirar, ha de transmutar para conservarse, y viene el momento casi trágico del principio del tiempo, el amanecer de un nuevo día cósmico.

Del absoluto emana entonces la primera emanación, el anciano de los días, el padre eterno. Este se desdobla en la madre Maha-Kundalini y en el esposo de esta Shiva, el lógos del primer instante, que tiene la inteligencia suprema. Este logos anuncia a los seres la llegada del nuevo día cósmico recordando las deudas kármicas que el retorno del ayer trae consigo. Los inefables lloran. El inicio del nuevo día es un amargo sacrificio.

Se dice que de la madre Maha-Kundalini y del padre eterno nace un niño, el Cristo, ese niño simboliza la producción, la redención, la salvación, la razón de ser de todo cuanto existe, ese niño es el verbo, la palabra.

Los dioses del día anterior concurren a los rituales del fuego con la orden del logos del primer instante de crear el universo. Entonces ellos cantan los rituales del fuego en la lengua sagrada y vienen a la existencia los primeros cosmos. El niño dios, Cristo, desdoblado en el supremo ayo probador, Lucifer, habita entonces en todas las criaturas, y así experimenta la vida del ave que vuela, de la cucaracha que corre, del gusano que se arrastra, de la bestia marina, y del humano en quien están depositadas las esperanzas de los dioses.

Así es como el verbo viene a crear el universo por medio de los dioses santos. Estos, corregidos por el verbo se hacen más capaces y perfectos, se vuelven más experimentados, y así surge a la existencia un nuevo universo donde las chispas del absoluto darán aliento a cada criatura que existe.

Los dioses guían a esas chispas divinas desde el duro átomo al alma de rocas, plantas, animales y finalmente humanos como nosotros. La siembra de los dioses, destinados a ser hombres reales, verdaderos.

Una cosecha de hombres reales vale la pena de todo el sacrificio hecho por el absoluto. Cada humano que se une a su real ser es como si la luz emitida por el uno único diese la vuelta como un boomerang y retornase a su fuente, pero aumentada, para que esta no se agote, y esa luz puede ser emitida eternamente y siempre regresará de nuevo evitando todo riesgo de que el absoluto se disuelva en la eterna noche. Cada nuevo dios, cada chispa que por primera vez se une al absoluto es algo todavía mejor, entonces se verifica el negocio imposible y el absoluto "saca de donde no hay". Esa ciencia no nos es dable a los humanos hasta que nos fusionamos con el absoluto y gustosos compartimos su enorme carga, y felices perduramos más allá de la eternidad y del tiempo sosteniéndonos con el vértigo del absoluto.

No te preocupes lector si no entiendes esta parte, ahora empieza lo fácil.

Un universo ya creado y en marcha es un ser viviente animado por el fuego, por el Cristo.

La energía del universo no se puede explicar ni contabilizar y su fuente no se puede identificar, ningún científico explicará jamás el por qué del universo, ni tan solo el hecho de que fluya la energía en él. Eso cae en lo incognoscible, pero a un nivel humano la cosa es muy diferente, de pronto un día, una mujer nos pare con dolor, venimos al mundo llorando y seguramente nos vamos de él igual que vinimos tras toda una serie de episodios no menos lacrimógenos, entonces ¿por qué vivir? ¿para qué existimos? Pues en principio uno no sabe, por ahí se dicen muchas cosas, pero no parece cosa sensata ir a hacer caso de ninguna así como así. Se necesita entonces que los mismos dioses se dignen a bajar aquí y explicarnos un poco su plan, a ver si a nosotros nos da la gana de cooperar con ese plan divino de ellos.

Me viene a la memoria al escribir esto el Dios Saturno, su alma humana es conocida en el mundo como Jano. Cierto día, cuando iba a ser creada la quinta raza Aria a la cual pertenecemos, Samael le pidió a su alma humana que bajara a guiar a la nueva humanidad pero ese alma entonces estaba en rebeldía, se había caído y andaba por el mundo haciendo su voluntad y no la de su padre, así que Samael (el logos de Marte) le pasó el testigo a Orifiel (el logos de saturno), le dijo: "Encargate tú, mi hijo ahora no está en condiciones de asumir este trabajo porque ha resuelto disolver su piedra en día sábado". Esto sucedió luego de que el mismo Samael hubiera ayudado a crear la quinta humanidad, luego de eso que el mundo recuerda como "el diluvio universal". Entonces Samael tenía su alma humana Aun Weor encarnada en la tierra con el nombre de Omar, y Omar cometió el error de consentir a los deseos de una mujer que se enamoró de él, haciéndolo caer como la eva de la mitología hebraica hizo caer a Adán (como reza el dicho: "el que tontamente peca tontamente se condena", eso conlleva una mejor oportunidad más tarde, pero no exenta de sendos sufrimientos, bien lo saben los divinos y los humanos). Entonces Saturno mandó llamar a Jano que alegre se divertía en el mundo de la mente y le dijo: "Tienes que encarnar en la tierra y ocuparte de guiar a los humanos, vas a sentar las bases de la edad de oro de la nueva raza Aria", y Jano de mala gana y lamentando que se le molestara con este menester obedeció a su padre y vino a enseñarnos la ciencia de los jinas, la gjana, yana o gnosis. Así es como los humanos tuvimos conocimiento de la religión universal y sus postulados y así marchamos muy bien durante una extensa edad prehistórica llamada "la edad de oro".

Bueno el caso es que el hecho de vivir vida tras vida acarrea un desgaste para la humana esencia que viene a ser un pedacito pequeño del alma y esta, como es inexperta en el manejo de las fuerzas sexuales, usa mal el poder del sexo y engendra yoes. Así que a estas alturas de la vida tenemos muchos yoes vigorosos y fuertes que literalmente viven por nosotros haciendo sufrir a la esencia.

Total, la vida sigue, la cosecha de hombres de la humanidad se va recogiendo, resulta escasa pero es previsible que así sea debido a que el fuego nuevo del que ha surgido esta humanidad está saturado de karma por los bajos rendimientos que dieron creaciones anteriores de este mismo día cósmico y de los anteriores, y teniendo en cuenta ese inconveniente la vida dá de sí lo que dá, la inmensa mayoría de la humanidad pasa por la vida sin conocer jamás nada de toda esa ciencia secreta de las transmutaciones, nada de gnosis, no sabe para que vive, y algunos despavilados se aprovechan de la confusión. Como el duende verde en la película Spiderman, los magos negros creen que toda esa masa sumisa que sólo quiere medrar en el universo bellamente creado por los dioses vive con el único fin de encumbrar y sostener a unos pocos elegidos. Así piensan ellos y siempre se acaban haciendo los dueños del mundo...

No hay más que ver ahora mismo el mundo para entender que todo su orden es una estructura mafiosa donde una mafia de mafias ha dispuesto todo para que seamos esclavos por la comida para los que es tan imposible rebelarse a sus amos como que las ovejas se rebelen al pastor...

Hay algunos maestros del rayo de júpiter que intervienen lidiando de tú a tú con los mafiosos y haciendo del mundo un lugar más amable, pero no pueden hacer milagros cuando cada humano carga dentro de sí mismo los factores discordantes que causan las guerras y los errores como la codicia que hacen miserable la existencia humana...

En fin, para terminar pronto este cuento y no hacerme cansino, permítaseme decir que fueron siete logos de siete planetas los que crearon a la humanidad terrestre: Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter y Saturno, y que ellos mismos se turnan para instruirnos y sacar adelante la cosecha solar.

Resulta que hemos llegado a la edad llamada Kaliyuga (era de la riña) y estamos bastante degenerados. Nuestra vida no anda acorde con las enseñanzas de los dioses y nuestra psique o esencia sufre la violencia de los falsos valores.

Si los dioses permitieran que el sufrimiento humano continúe sin más llegarían a ser cómplices del delito. Por eso está profetizado que vendrá un fin del mundo y que la humanidad ha de acabar.

El 12 de abril de 1950 los siete dioses que nos crearon fueron convocados a una reunión y allí el gobernador del este sistema Solar llamado Atin leyó ante ellos una lista de todos los guiás y profetas que se habían enviado a la humanidad y cómo estos habían sido inmolados (la humanidad de la tierra es un caso especial porque la evolución humana estándar fracasó en la tierra debido a un error de los propios dioses, por eso por ejemplo vimos descender entre nosotros al absoluto mismo (jesucristo), pero independientemente de esa circunstancia especial "el espectáculo tenía que continuar").

Tras el recuento de dioses sacrificados se preguntó a nuestros creadores que debía hacerse con la humanidad, su respuesta fue: "¡AL ABISMO!, ¡AL ABISMO!, ¡AL ABISMO!" (Sí, por tres veces...).

Una vez dicho esto la humanidad estaba condenada.

Esto sucedió el 12 de abril de 1950.

Ese día fue el llamado juicio final.

Como siempre que una humanidad ya no sirve, la custodia de ella le fue encomendada al aspecto fatál de Maha-Kundalini, a la divina madre muerte en su aspecto tenebroso, a Kali.

Una noche de misterios el alma humana de Samael que andaba caída en el ambiente diabólico del mundo, se entrevistó con este aspecto negativo de Maha-Kundalini, ella asumió la forma particular de la misma divina madre individual del propio Samael, y le dijo (voy a ponerlo como lo dijo literalmente el propio maestro en su conferencia llamada en «EL QUINTO EVANGELIO» SECUELAS APOCALÍPTICAS DEL YO):

"En otra ocasión platicaba yo con mi Divina Madre Kundalini. Ella me decía:

– “Ya todo está perdido; el mal del mundo es tan grande que ya llegó hasta el cielo. Babilonia la Grande, la madre de todas las fornicaciones y abominaciones de la Tierra, será destruida, y de toda esta perversa generación de víboras no quedará piedra sobre piedra”... Asombrado dije:

– “!Oh, Madre mía!, ¿nos encontramos ante un callejón sin salida?”. Respondió la Adorable:

– “¿Quieres hacer un negocio conmigo?”.

– “¡Claro que sí!”.

– “Entonces –continuó diciendo– tú abres el callejón y yo los mato”...

Abrir tal “callejón”, mis queridos hermanos, es lo que estamos haciendo. Estamos, en estos instantes, formando el Ejército de Salvación Mundial. Sí, ¡dichosos los que sepan aprovechar este “callejón”!, porque quiero que sepáis, en forma concreta, clara y definitiva, que todo esto que actualmente veis en el mundo será destruido! Cuando aquel planeta que está viajando rumbo a nuestro mundo (hacia el planeta Tierra) se vaya acercando, obviamente, quemará con sus radiaciones todo aquello que tenga vida. Con su aproximación, el fuego líquido del interior de la Tierra será atraído magnéticamente y entonces brotarán por doquiera: por aquí, por allá y acullá, volcanes en erupción y habrá terremotos espantosos, nunca antes vistos ni sentidos, y habrá lava y cenizas por doquiera.

Dicen las Sagradas Escrituras que “por aquellos días el Sol se obscurecerá y no dará su luz”. Eso es obvio, mis queridos hermanos. Aquel Astro viajero, aquél que viene a “chocar” con nuestro mundo Tierra, se interpondrá entre el resplandeciente Sol que nos ilumina y este nuestro mundo; entonces habrá tinieblas muy espesas, movimientos telúricos muy terribles y “ayes” lastimeros; subirá espantosamente la temperatura, las gentes huirán por doquiera: por aquí, por allá y más allá, y no habrá remedio, no tendrá escapatoria (la humanidad) en ninguna parte. Y por último, el depósito de hidrógeno de nuestro planeta Tierra se incendiará, arderá (este, nuestro mundo) como un gran holocausto en medio del espacio infinito.

Así pues, hermanos, cuando aquel mundo que viene a “chocar” contra el nuestro se aproxime, la muerte con su guadaña segará; segará millones y millones de vidas. Cuando suceda el “choque” meramente físico, ya no habrá nadie vivo, pues ¿quién podría resistir? Así terminará, mis caros hermanos, esta civilización perversa; así sucumbirá esta civilización de malvados.

Lo que estoy diciendo ahora podrá pareceros algo exótico y extraño. Lo mismo le parecía a los atlantes en aquellos días antes del Diluvio Universal, antes de que las aguas se tragaran a aquella humanidad. Muchos entonces se reían, raros fueron aquéllos que escucharon al Manú Vaivaswata, que fue el auténtico Noé bíblico, el que sacó al pueblo selecto, al Ejercito de Salvación Mundial de la zona de peligro; el que lo llevó hasta la Meseta Central del Asia, pasando por doquiera que halló tierra seca. Entonces los perversos, los señores de la faz tenebrosa, desesperados murieron.

Hoy, hermanos, estamos hablando como hablábamos en la Atlántida; hoy estoy profetizando como profeticé también en el continente sumergido, hoy estoy advirtiendo como advertí en aquella época. Sólo hay una diferencia; en aquel tiempo, la tierra de la Atlántida (con todo cuanto en ella había) pereció por el agua; ahora, ésta sucumbirá por el fuego...

Así pues, mis caros hermanos, después del gran cataclismo sólo habrá fuego y vapor de agua; habrá una gran caos, esta Tierra quedará deshabitada, pero los selectos serán sacados del peligro y llevados a cierto lugar del Pacífico.

Cuando la Tierra esté en condiciones, esa semilla humana poblará la faz de una Tierra transformada, la “Tierra del mañana”, esa “Nueva Jerusalén” de la cual habla el Apocalipsis de San Juan. Recuerden ustedes que habrá “cielos nuevos y tierra nueva” (en eso están de acuerdo todos los profetas), y precisamente sobre esa “tierra nueva” resucitarán las gloriosas civilizaciones esotéricas del pasado. La gran Sexta Raza Raíz del futuro será una mezcla de nuestra semilla humana, terrestre, con lo mejor de la semilla de otros mundos. Quiero que comprendáis, que la resurrección de las pasadas civilizaciones será un hecho concreto.

En la Primera Subraza de la futura Sexta Raza Raíz, resucitará aquella cultura, aquella civilización esotérica que floreció (a raíz de la sumersión de la Atlántida) en la Meseta Central del Asia en la primera edad de nuestra Quinta Raza.

La Segunda Subraza de la futura Sexta Raza Raíz será también grandiosa, porque entonces veremos la resurrección de esas poderosas culturas que florecieron en el sur de Asia; la cultura prevédica, la sabiduría de los RISHIS, la de las grandes procesiones con sus elefantes sagrados de los antiguos tiempos indostánicos, etc...

En la Tercera Subraza de la futura Sexta Raza Raíz, allá en la tierra transformada del mañana, resurgirá la poderosa civilización de Egipto; entonces habrá un nuevo “Nilo” y nuevas pirámides y nuevas esfinges, y millones de almas egipcias regresarán, reencarnarán para hacer resplandecer la sabiduría Neptuniano-Amentina sobre la faz de la Tierra, con todo su esplendor y brillantez.

En la Cuarta Subraza de la futura Sexta Raza Raíz, en la tierra nueva del futuro, volverá a resurgir entonces, con todo su poder, la cultura Greco-romana con sus misterios de Eleusis, con los misterios sagrados de la antigua Roma, etc.

Y habrá una Quinta Subraza, en la cual se repetirán los estadios de la civilización Anglosajona, Teutona, etc., pero en una forma mucho más elevada, más espiritual. Sin embargo, no podrá evitarse que en esa época devengan algunos fracasos. Los habrá, eso es claro...

Con la Sexta Subraza resplandecerá una cultura muy análoga, sí, a la de esta Subraza que puebla nuestro continente iberoamericano, pero repito: en una octava de orden superior.

Por último, en la Séptima Subraza de la futura Sexta Raza Raíz, en la tierra transformada del futuro, con los cielos nuevos y tierras nuevas, florecerá la Séptima Subraza, muy semejante (dijéramos) a la que hay actualmente en los Estados Unidos, pero inmensamente más espiritual. Sin embargo, no podrán evitarse nuevos y nuevos fracasos...

Por último vendrá, mis caros hermanos, otra gran catástrofe que en aquella época será causada por el agua, y al final de los tiempos resurgirá un último continente, un póstumo continente donde florecerá la Séptima Raza Raíz.

Hoy sólo me limito, mis caros hermanos, a recordar que nos preparamos para un gran cataclismo; de modo que quienes quieran engrosar las filas del Ejército de Salvación Mundial, vengan con nosotros. Aquéllos que nos sigan, serán sacados de la zona de peligro en el momento preciso, adecuado, indicado por la Gran Ley. Esos que no nos sigan, esos que no acepten las enseñanzas, esos que rechacen el gnosticismo, el esoterismo, la sabiduría antigua; incuestionablemente perecerán...

Habrá, pues, un acontecimiento extraordinario, algo muy similar a lo que ya os dije que sucedió en los antiguos tiempos, cuando fue destruido el continente atlante.

La poderosa civilización del futuro, la Edad de Oro, la Edad de la luz y del Esplendor, sólo surgirá después de la gran catástrofe que se avecina. Ahora no es posible, sencillamente por que el Ego no puede crear culturas divinales; el Ego no es capaz de permitir la resurrección de las antiguas civilizaciones de tipo esotérico y espiritual.

Así, pues, quienes profetizan diciendo que “en el año 2000 ó 2007 se iniciará la Edad del Esplendor y de la Luz”, están completamente equivocados.

Créanme ustedes, en nombre de la Verdad, que tal Edad sólo podrá ser edificada por el Ser, por lo divinal, por lo más decente que tenemos en lo hondo de nuestra Conciencia; pero jamás por el “mí mismo”, por el “sí mismo”, por el “Yo”. "

Así pues con estas palabras del mismo maestro podría terminar aquí mismo mi relato y si el que lee tiene algo de sentido común se dará cuenta de que efectivamente la gnosis es la clave, eso que todos buscamos sin saber qué sera..., pero no obstante añadiré algo: Cuando la divina madre le ofreció el negocio a Samael le dio oportunidad de reparar dos errores: su caída al principio de la raza Aria, y la caída de la propia raza Aria. Ese fue un guiño de ojo muy especial de la divinidad. Nunca antes estuvieron los misterios divinos tan al alcance de todos.

La escuela que fundó Samael de la cual queda como mejor vestigio A.G.E.A.C.A.C. México bajo la dirección de Hypatia, la escuela del que les escribe ahora, tiene la osadía de proclamar la gnosis en los tiempos post juicio final a la humanidad, cuando ya todo está perdido, cuando ya nada se espera de nosotros.

Algunos somos muy conscientes de que el tiempo pasa y no hemos sacrificado el querido ego, y de que estamos por tanto desaprovechando la dorada oportunidad que es la gnosis, y sabemos que lo normal es que así sea puesto que "nos queda grande" la ciencia del arcano AZF. Las cosas parecen muy fáciles cuando uno aprende el arcano que se enuncia en una sola frase, pero luego allí, al calor del fuego de la pasión sexual, entre las sábanas, sucumbimos a las bellezas que anhelantes nos adoran. Adorables son ellas, y muy divinas, y pequeña es la voluntad de uno ante tan magna obra del fuego, pero es urgente intensificar la voluntad y "bregad por entrar por la puerta angosta". Así pues el mismo deleite sexual es la prueba infalsificable de la santa gnosis, pues aunque uno sepa transmutar perfectamente, aunque se haya liberado incluso siéndole innecesario -y prohibido- volver al amor sexual, este tiene el poder para hacer caer a los mismos dioses.

Termino este extraño testimonio en el cual condenso muchos años de estudio diciendo esto: Cada cual tiene en este camino la oportunidad que a sí mismo se dé. Es necesaria infinita paciencia con uno mismo, infinita paciencia con los demás, valor de alzar la voz contra los enemigos del eterno y señalar cual es el camino, y es necesario abandonar toda esperanza de que esta humanidad depravada entenderá el mensaje, sólo queda por dirimirse si uno mismo que lo entiende logrará sacrificarse por la gran causa...

Así pues esta es la gnosis, y la gnosis es infalsificable, no es una cuestión de autores, ni de plagios, ni de si el fundador del movimiento gnóstico se ajusta o no a tales o cuales parámetros morales nuestros. Simplemente ocurrió, un dios se levantó y con el sacrificio de él muchos pueden hacerlo también. Todo lo que queda es dar las gracias por su sacrificio, tomar la enseñanza que nos dio, y tratar de andar nosotros el camino. El camino es sexual, para transitarlo se necesita un trabajo psicológico, y para que uno sea asistido se necesita enseñar el camino a otros. Dicho queda.


Francisco Caparrós Pujalte, un día en que me levanto de nuevo, contento de desconocer que será de mi en la lucha, o dicho en otra forma: cuan pronto de nuevo caigo. Ojalá que sea nunca...

Aspe, Alicante, 27 de Julio de 2017


Si hubiese algún problema con ellos o tiene algo que decir escriba a franciscocaparrospujalte@gmail.com

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