El Matrimonio PerfectoSamael Aun Weor, 1968

UNA CONSIDERACIÓN PREVIA:

Este es el primer libro del maestro que adquirí y el único que tuve a mano durante mi juventud, de modo que lo estudié profundamente durante muchos años sin poner en tela de juicio la buena voluntad con que se escribió aunque decidido a descubrir si es verdad o no lo que cuenta.

De hecho este libro es la causa de que exista esta página llamada gnosis2002, y es porque durante ese prolongado estudio, cuanto más conseguía comprender las enseñanzas sexuales del maestro y evidenciar que eran efectivamente ese conocimiento universal que siempre ha existido y nunca cambia (gnosis), que es el mismo fluir sexual de la vida mirado desde una perspectiva nueva -toda moral puede deducirse por pura lógica de la dinámica sexual si se conoce el arcano AZF-, y una vez convencido de que por medio de su estudio estaba siendo puesto ante la fuente del esoterismo original (por desgracia no asequible a todos los ojos mortales ante los que una explicación de él se muestra), se reveló de urgente necesidad dar respuesta a todas las cuestiones de orden práctico que seguían pendientes.

Una de las primeras fue: ¿Cómo puede ser que en un libro alrededor de cuyo éxito se formó el movimiento se digan cosas a las que el libro en sí mismo es preexistente? Leía entonces en la introducción que a raíz de una primera edición de este libro se había formado el movimiento gnóstico, sin embargo dentro del libro muchos indicios daban a entender que el movimiento ya estaba formado al redactarse este declarado primer libro, y al ver que se mencionaba otro libro del autor como si ya estuviese escrito (el libro amarillo”) y leer frases como: “En todas las escuelas, incluso dentro de las filas de nuestro Movimiento Gnóstico, no faltan esos sujetos que dicen ser clarividentes sin serlo realmente, era evidente que lo explicado en la introducción no podía referirse a este libro. Sólo al conocer el resto de la obra del maestro y darme cuenta de que “primera edición” se refería a un libro distinto escrito en 1950 y no a la primera tirada del texto que ya conocía encontré explicación a esta y a muchas otras circunstancias.

Así empecé a comprender cuan necesario era recopilar y leer toda la obra del maestro, y luego como era igualmente importante estudiar ordenadamente tal obra en su forma original. Por último se puso de manifiesto la importancia de otro ingrediente de este método de estudio: obtener los textos en su forma original, pues debido a su misma inquietante naturaleza, cualquier inconsistencia en ellos real o simplemente entendida como tal como en el ejemplo que acabo de exponer, es suficiente para que sean modificados. Esto era cada vez más crucial, pues de otro modo ¿cómo estar seguro de qué fue lo que dijo el maestro? Tratar de satisfacer todos estos requisitos necesarios -y seguramente suficientes amén de cierto poder solar indispensable que viene de dentro- para un estudio provechoso de la obra del maestro, me ha llevado muy lejos; pero la próxima parada es este libro.

COMENTARIOS ACERCA DEL TEMA DEL LIBRO:

Para no repetir toda la información que acerca del cómo, cuándo y por qué de este libro se da en la página de revisión de la tercera edición del matrimonio perfecto, que contiene igualmente la revisión del texto que por cierto empezó con el de esta cuarta edición, que al fin y al cabo es y será por siempre la versión definitiva de ese mensaje que el maestro siempre quiso dar bajo el título y el tema encantador de: MATRIMONIO PERFECTO. De modo que la revisión de la tercera edición contiene en sí misma a la de la cuarta, y más allá del puro texto, prefiero hablar de lo que es el libro y lo que representa enfocando la cuestión de una forma en que no es habitual que se haga.

Para empezar no está de más decir que jamás llego el maestro a escribir la versión definitiva de tal mensaje, aunque bien está lo que llegó a hacer, pues dio de tal tema tres versiones diferentes: la edición original de 1950 (1ª y 2ª edición -en el sentido de tirada-), la tercera edición de 1966 (fiel al manuscrito de 1961 que representa una reescritura completa del libro original) y esta cuarta edición de 1968 que es, simplemente, una revisión de la tercera edición donde todo lo que es dudoso o inexacto se quita (vamos que es casi exactamente una “quita” estricta del otro libro).

El maestro Samael es el maestro de la síntesis así que revisar algo para el es quitar, eso me parece lógico en él. Uno puede darse el lujo de quitar sobre todo cuando previamente ha dado.

En el proceso de la escritura esotérica todo iniciado acomoda a la letra una realidad que no siempre es posible hacerla pasar como cosa “aprendible”, esto tiene unas dificultades que le son propias.

Y si saco el tema en relación a este libro es porque este libro habla esencialmente de las tinieblas. La idea doctrinaria del matrimonio perfecto original es enseñar la magia blanca pero mostrando las tinieblas para que el estudiante no caiga en ellas.

Cuando en este mundo cualquiera quiere acudir a algún maná o beneficio que bien la madre naturaleza da gratuitamente o bien algún sabio ha tenido la feliz idea de ofrendarlo a la humanidad, el que llega con buena voluntad a disponer de ese algo encuentra -y esto es tanto más cierto cuanto más importante sea esa cosa buena o beneficio- una pléyade de tenebrosos que ha llegado antes y ya está gestionando e inventando toda clase de normas y trabas para que ese ser de buena voluntad que a lo suyo viene no pueda acceder tan fácilmente.

Nunca habrá cosa para la que esta ley se cumpla de forma más inexorable que para ejercer el derecho de la acuñación de moneda y para entender la didáctica que nos permite convertirnos en dioses inmortales.

Las tinieblas normalmente no pueden por sí mismas aprovecharse del secreto del gran arcano pero de todos modos tienen el objetivo de impedir que nadie se aproveche de él.

El poder del mal, aunque sirve al bien sin proponérselo y a su pesar, tiene la voluntad de obstaculizar e impedir toda aspiración humana a esa verdad-justicia-inmortalidad que desde nuestro origen nos tiene la divinidad prometida y reservada. Precisamente las tinieblas canalizan esa pretensión del alma para poner en el lugar de la verdad toda suerte de fraude que nos acapare y reclute usando como palanca nuestra propia fantasía.

Toda mentira en este mundo, cuanto más cruel y criminal es, más pontífices y defensores tiene.

Al interés general, a cada alma humana, nadie de los que dicen estar para servirlos les sirve ni lo pretende siquiera, sino que su verdadera intención inconfesable es aprovecharse, sacar partido, hacer explotación miserable de los anhelos del alma humana.

Como las almas humanas no se atreven a ver que están en una condición caída y mísera, suponen en su fantasía que se merecen algo, y eso es más que suficiente para que sea posible para las tinieblas explotarlas de algún modo.

¿pero quien son las tinieblas?

Vamos a explicarlo. ¿de qué me sirve a mi platicar con tantos dioses y demonios si luego me llevo todos los secretos a la tumba? Vamos a atrevernos a sacar un poco el cuello para que nos lo quieran cortar...

Toda alma humana, aquí bajo la luz del sol, es una persona. Tendrá la persona sus defectos, será tal vez un habitante dormido de un planeta de purificación como es la tierra, pero tiene ciertas posibilidades reales de trascender que hacen su destino sagrado, maravilloso, luminoso. Lo más fácil es que tal alma se pierda, pero eso no le quita brillo a esa divina promesa a la que está llamada.

Sin embargo cuando el ciclo de vidas humanas se agota la cosa cambia bastante...

El alma humana, aunque cautiva de sus muchos errores -mejor dicho: de las personificaciones vivientes de sus muchos errores-, sigue siendo al fin y al cabo el alma eterna e inmortal, sólo que ahora nada bueno puede serle ofrecido como aspiración final. No hay día cierto para salir del abismo, sólo queda el amargo sabor de la fatalidad.

Entonces, la divina madre espacio, apiadándose de sus indignos hijos definitivamente perdidos, hace por ellos un desdoblamiento y se convierte en Kali-Proserpina, la reina del infierno y de la muerte.

Entonces estos que ya no aspiran a nada ganan por ella una nueva aspiración casi tan luminosa como la que tuvieron bajo la luz del sol, aunque fatídica: Todo un horizonte se abre ahora ante esas almas: alcanzar la libertad mediante la muerte segunda.

Esto es algo similar a la situación de un preso en la cárcel al que se le ofrece cierto camino o pauta mediante el cumplimiento de la cual ese preso puede reducir condena y aspirar a la libertad.

Una vez logre la libertad ¿qué ha logrado? Poco en realidad, siquiera ser fuera en la calle más miserable de los que fue antes de entrar al “talego” o “truyo”, no obstante el ejemplo falla en este punto porque la cárcel es un invento humano, pero el infierno es un invento divino, y el tenebroso tiene un camino mejor al amparo de su diosa tenebrosa: cuando finalmente se libere su esencia, esta será jerarquicamente superior, más inteligente, más sabia. Viene a ser esto como el juego de mesa misterioso de la película JUMANJI: una calamidad inenarrable con impredecibles bienes asociados.

Entonces los tenebrosos son los que no sirvieron para el camino gnóstico y se entregaron a todas sus fantasías morbosas cayendo en los errores más absurdos, pero también son algunos individuos sagrados que se lanzaron a las tinieblas sabiendo que tendrían que involucionar, y también son almas humanas a las que la fatalidad de un único y craso error las condenó para siempre.

Aunque el grueso de las hordas tenebrosas son personas que “ni fú ni fa”, que “ni sí ni no”, que “lo mismo les dió 30 que 80”, es decir toda la gente común y corriente que como única guía de su vida siguió su instinto animal atrofiado. Siempre este colectivo es el más numeroso, porque las chispas virginales de las que están hechas las almas de estos seres simples no han gozado de ninguna luz cercana que les enseñara el camino de una forma asible y práctica, o que al menos les diese a entender que era mejor cultivar esa inspiración que mueve a los que quieren hacer algo que abandonarse al aburrimiento incurable de los que no quieren hacer nada.

Quizá por eso el más tenebroso invento sea la drogadicción...

¿quieres buen dharma? ¿quieres que el gobernador del universo te pague tu salario en forma de facultades esotéricas? Pues entonces gánatelo: descubre alguna verdad que te conste por tu propia experiencia directa y dedicate a hacer el bien supremo, el bien que mejor se paga: hacer que tu luz brille, pero cuidado que el bien no lo hace el que quiere sino el que puede, o como dice el inmortal Kout Humi: “tras el incienso de la oración también se esconde el delito”. Este es un problema enjundioso porque en realidad tantos movimientos y religiones que hay en el mundo, tantas sectas y tantas verdades diseminadas como hay, en la práctica casi no sirven para nada porque las personas no están en sintonía con su interior y la inmensísima mayoría de credos y doctrinas son degeneraciones inservibles de lo que fue que sólo existen porque son un disfraz para el delito perpetrado por la logia negra a través de un montón de incautos e ingenuos que se creen que tienen a Dios cogido por las barbas y que ni se imaginan su miserable nadidad.

¿que hacen los maestros de las tinieblas como el gran Moloch, que desaparecidos del escenario del mundo Yahvéh y Belcebú ha quedado como la máxima autoridad tenebrosa? Pues él se dedica a un negocio que le es en realidad muy fructífero: el viejo negocio de los pactos. Los seguidores de la secta del buho le venden el alma al diablo mediante un pacto y este les pone en la cima económica y política y cuida de ellos como si fueran sus bebes queridos, encargándose además de que conozcan ciertos placeres que seguro que la gente normal ni se imagina que existen...

A veces el viejo Moloch no pide tanto como la propia alma y se conforma con que se le entregue un hijo recién nacido o incluso se le puede pagar con cualquier don que tengamos que a él le sirve para sus tretas, a cambio nos da sólo aquello que en nuestra fantasía anhelamos, y sabiendo él que al convertirse en realidad no vamos a tener estómago para degustarlo, amablemente nos “enseña” la ciencia tenebrosa para que no tengamos remordimientos ni otros remilgos propios de gente perdedora y no de la élite que según él son sus seguidores (bien sabe Moloch que les está buscando una ruina como no hay otra igual, y sus discípulos ya se enterarán cuando toque).

¿y esta cosa que hace Móloch, de qué puñetas le puede servir para que su divina madre le premie con la muerte segunda? Pues porque él está “espabilando” a las almas ingénuas. Parece mentira pero al igual que un buen tortazo dado a tiempo, esta cosa que hace la secta del Buho de aprovecharse de los fantaseosos que se atreven a apostar su propia alma les hace un servicio a esas almas que es inestimable para el bien de ellas en un futuro muy remoto, pero que ellas lo pagan más que bien pagado.

Frente a todas las interminables complicaciones y filosofías de las tinieblas Dios simplemente dispone un procedimiento muy simple por el cual llegar a él, simple pero no por ello fácil: ese procedimiento es el que intenta explicar el libro del matrimonio perfecto.

Y he ahí: se necesita ser realmente un alma con el “vértigo del absoluto” para poder apreciar “la piedra que desecharon los que edificaban” (es decir: la magia sexual sobre todas las bellas teorías inventadas por las fantasías morbosas de los infrasexuales).

¿y por qué digo yo que no fue un enfoque de la enseñanza exitoso? Pues porque sé que la gente de este mundo no da la talla para un proyecto de vida así. Ni sabemos amar ni nos da la gana de amar a nadie. Vivimos en una traición constante al ser íntimo y eso es todo.

Cuando el maestro Samael en su camino se dio cuenta de cómo está el panorama empezó a preocuparse a explicar las cosas de otra manera más asequible a nuestras presencias generales (por decirlo al estilo del incomparable Gurdjieff). Entonces empezó a enseñarnos que las asociaciones sexuales podían basarse en las asociaciones de los planetas metálicos de la alquímia (armonía perfecta del 3 y del 7) o en las afinidades zodiacales. No obstante si dos almas humanas que sepan de verdad lo que hay se aventuran a formar un matrimonio perfecto porque pueden y son entre sí compatibles en las tres esferas del sentimiento, pensamiento y voluntad, este sería por antonomasia su libro de cabecera y aquí tienen todo cuanto necesitan para prosperar efectivamente.

Tanto el camino de la luz como el de las tinieblas tienen sus trucos que es bueno saber reconocer.

En el camino de los tenebrosos la osadía y el ímpetu son la clave del éxito aunque en verdad tal éxito es fatalidad.

En el camino luminoso del tantrismo blanco el truco está en que para que la serpiente se la juegue despertando nosotros tenemos que dar la talla: tenemos que ser de fiar.

Un pusilánime, uno que da un paso adelante y veinte atrás, no merece francamente la pena para la serpiente y esta se mantiene dormida para no fastidiar más al ya fastidiado aspirante.

La clave está pues en saber mantener un compromiso para con la madre divina (cosa harto difícil teniendo en cuenta que ella es también una mujer). ¿acaso es fácil pagarle a una madre o tener satisfecha a una mujer? ¿no dice el refrán que: “una madre es para 100 hijos pero 100 hijos no son para una madre”? ¿y qué puede decirse de una esposa? ¿o ella de un marido? Son cosas difíciles...

Los antiguos maestros no le daban la clave del gran arcano a un aspirante como este no despertase conciencia. Esa es pues la clave: despertando dejaremos de ser tan indignos como para que la culebra se pueda plantear despertar en nosotros (el kundalini no es una fuerza ciega, sino una deidad femenina y con corazón).

Todo esto que yo cuento la quinta sinfonía de Ludwig van Beethoven lo explica mejor. Beethoven tenía una especial devoción por su divina madre cuyo culto se refleja en su música. Se ha hablado de que el gran mago Aleister Crowley (mago negro, pero muy a su pesar y sólo tras muchas andanzas que sería largo contar) aconsejó al tenebroso Sir Winston Leonard Spencer-Churchill, lider del Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial, que usara el signo de la V de victoria como mudra mágico para conjurar al enemigo, y que una de las formas de implementar esto era empezar los boletines radiofónicos de la BBC precisamente con las notas iniciales de la quinta sinfonía porque en morse, estas notas son la V, ya que esa sinfonía repite la figura de tres corcheas y una negra y la V en morse son tres puntos y una raya...

En fin, como es sabido, en 1808 Beethoven compone la Quinta Sinfonía (Op. 67). Esta sinfonía en do menor caracterizada por el motivo rítmico formado por tres corcheas y una negra, las cuales abren la obra y retornan una y otra vez dando a la sinfonía una extraordinaria unidad. Como el golpeteo del que llama a una puerta, esa rítmica pero terrible combinación de notas representa para el músico: «la llamada del destino». Esta obra maravillosa debe escucharse con oídos nuevos por todos aquellos que pretenden el despertar de la conciencia y el trato directo con los dioses santos. Estos aspirantes deben tener presente como lo hizo Beethoven que nosotros no somos más que viles gusanos culpables de casi todos los delitos y proclives a cometer los que aún no hemos cometido si hubiese ocasión.

La llamada terrible..., el ser o no ser para el indigno: enfrentarse al infierno o enfrentarse a las ordalías de un infierno en vida: en todo caso terrible destino.

Óiganla y les sonará todo esto que estoy intentando sugerir.

Por si el lector no lo sabe despertar la conciencia es cosa de uno, no de Dios.

A veces algunos maestros han despertado a personas dormidas para ayudarse en su misión y tal vez eso ha funcionado un tiempo pero a las largas el mismo despertar les ha supuesto a esos un mal y una traba.

Hay que despertar por uno mismo y el camino para eso lo explica el maestro en los tres libros titulados: El Misterio del Áureo florecer, Tratado de Psicología Revolucionaria y La Gran Rebelión.

Francisco Caparrós Pujalte, autor de gnosis2002

17 de octubre de 2013

FIN DE LA REVISIÓN

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